¿Qué estudio?


Según distintos estudios, a estas alturas de la historia, con la selectividad tan cerca, dos de cada tres estudiantes tienen ya decidido qué es lo que quieren estudiar. Si eres de ese grupo, por favor ¡no sigas leyendo este reportaje! Si eres de los que todavía andan dándole vueltas a la cabeza, no pienses que en estas páginas vas a encontrar una fórmula mágica para decidirte. Lo sentimos, no existe.

Y aunque parezca raro decirlo, afortunadamente no existe ningún test, ni persona alguna que mire la bola de cristal y que pueda garantizarnos que la decisión sobre qué queremos estudiar será la acertada. Cada uno debe encontrar su propia combinación de factores, de deseos y de expectativas para encontrar los estudios que mejor se le den, que le proporcione un trabajo que le guste o que satisfaga los deseos de nuestros padres, familiares, amigos, novios/as y sobre todo, nuestros deseos e intereses.

A pesar de eso, en DO2 nos pusimos en marcha, hicimos todos los test posibles, leímos los artículos publicados en cientos de medios y guías de orientación sobre el tema, y nos buscamos a la experta en el tema que tiene la universidad, la profesora Asunción Manzanares.

Después de todo este camino, claro que llegamos a algunas conclusiones. La primera es que cada persona es única y distinta a todas las demás y que, por tanto, cada una debe encontrar su propia combinación de factores que le conduzcan a la mejor opción. En esto es importante conocerse bien (nuestras aptitudes, nuestros intereses, nuestra personalidad) y, también, tener información realista sobre los estudios universitarios y el mundo laboral. En segundo lugar, y siendo conscientes de que cada uno debe encontrar su propio camino, vamos a proponer algunas cosas que hay que valorar antes de tomar esta decisión.

Antes de comenzar, tenemos que ser conscientes de que, probablemente las decisiones más importantes ya las hemos tomado. Ya decidimos en su momento qué opción de bachillerato elegíamos y también, optamos por una u otra opción cada vez que estudiamos para cualquier asignatura de nuestro Bachillerato. Porque todas las calificaciones del Bachillerato puntúan, junto con la P.A.A.U., sirven para completar la nota de acceso a la universidad.

Además, tenemos que saber que en la decisión final, aunque fundamentalmente nuestra, no somos solo nosotros los que influimos en ella. Todos nos influyen y nos ayudan a formar nuestra opinión, y tenemos que ser capaces de establecer un diálogo flexible con todos ellos, sobre todo con la familia, saber qué esperan de nosotros, pero también saber transmitirles qué queremos nosotros. Es importante equilibrar, establecer una relación a tres bandas, nosotros, nuestras familias y contar con el importante apoyo que pueden aportarnos los orientadores o profesores de nuestro instituto, que nos pueden ayudar a la hora de orientarnos y proporcionarnos información para que tengamos más fácil la toma de esta decisión.

Y ahora nos centraremos en la información. Porque quizá ésta sea la clave de cualquier decisión y, cuando es una decisión tan importante, más todavía. Debemos informarnos de los posibles estudios que podemos realizar, en qué consisten realmente, qué asignaturas tenemos que estudiar o qué salidas profesionales tienen. Para informarnos podemos usar tres vías muy importantes y que se complementan. En primer lugar, debemos contar con nuestros orientadores, que conocen nuestro paso por el instituto y nos ayudarán y nos darán información concreta sobre el tema. En segundo lugar, tenemos una gran puerta al mundo que es Internet; ahí podemos buscar mucha información sobre los estudios que nos interesan, los planes de estudio, la nota de corte y muchas más cosas. Esta información nos tiene que ayudar a formular un plan realista sobre nuestros estudios universitarios y a tomar una decisión aceptable para nosotros mismos. Por eso es muy importante utilizar esta información de una manera inteligente, porque no toda la información que encontramos la debemos valorar igual. Hemos de distinguir entre la información fiable, la publicidad, las opiniones y las informaciones sesgadas. Para ello, lo mejor es recurrir a páginas especializadas en educación y orientación, dirigidas por profesionales, que nos suministrarán información fiable, sin olvidar tampoco la información que suministran las distintas facultades y centros universitarios que, normalmente, tienen en la web sus planes de estudios, las salidas profesionales, y mucha más información de interés.

En tercer lugar, y muy importante, intentar ponerle cara, nombre y apellidos a las salidas profesionales de cada uno de los posibles estudios. Esto quiere decir que una de las mejores estrategias es buscar en nuestro entorno a personas que trabajen en aquellos empleos que requieren unos determinados estudios y que, de entrada, nos llaman la atención, nos atraen, creemos que podríamos terminar trabajando de eso. Pero cuidado, para esto no sirven ni la televisión ni el cine porque normalmente nos transmiten información que no es del todo real. Si acaso pensáis que no, preguntadle a algún arqueólogo en qué se parece su trabajo a las películas de Indiana Jones. Conocer a estas personas nos dará una idea clara y realista de qué salidas profesionales hay detrás de unos determinados estudios (curriculum, manera de acceder a esa profesión, trabajo que realizan, ventajas e inconvenientes de la profesión, salario, etc.).

Ya para terminar no nos gustaría olvidarnos del momento decisivo en el que nos ponemos frente al formulario de cruces para elegir nuestras preferencias de titulaciones. No sé si sabéis que se pueden elegir varias opciones y que todas hay que tomárselas en serio, pues no siempre te dan la primera opción. Porque aunque existe la posibilidad de estudiar la primera opción en otro campus universitario, es recomendable no pensar sólo en una posibilidad, sino tener previstas otras alternativas, saber otros estudios que también te gustan para aumentar tus opciones. Esto es importante porque dentro de un mismo ámbito profesional (sanitario, tecnológico, artístico) los posibles trabajos guardan relaciones de parentesco y el marcar más de una opción nos puede ayudar a ajustar mucho más nuestra decisión. En cualquier caso, hay que evitar completar la lista a lo loco, pues puede ser que al final acabemos estudiando una cosa que elegimos en el último momento porque nos suena bien, sin tener idea de en qué consiste realmente. Bueno, no sabemos si habrá servido de mucho este reportaje. En cualquier caso, tanto si tienes claro lo que quieres estudiar como si todavía lo estás pensando, no olvides que lo mejor es informarse, interpretar bien la información recogida, dialogar, reflexionar, hacer las cosas con calma, pensar antes de tomar una decisión,… Como podéis ver, aunque podamos contar con la ayuda y el consejo de nuestras familias y orientadores, la decisión es muy personal. Porque al fin y al cabo, éste es el momento en que estamos a punto de decidir a qué queremos dedicar nuestra vida.

Artículo publicado en la Revista DO2 número 13.

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